Por eficiencia entendemos la relación entre los recursos que asignamos y los resultados (actividad en este caso) que obtenemos. Hay que tener muy presente que se trata de un elemento relativo.

Hasta hace poco, una de las formas de comparar los sistemas sanitarios era mediante el porcentaje que el gasto sanitario representaba respecto del PIB, y parecía que funcionaba mejor quien más gastaba proporcionalmente. Si la comparación la queremos hacer desde una óptica de eficiencia lo que queda claro es que no es más eficiente quien más gasta en sanidad sino aquel que consigue más a partir de unos recursos determinados.

Se trata de un tema que interesa, pero de una gran dificultad a la hora de obtener indicadores con un grado de consenso elevado.

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