La vía oral es la vía de elección en la administración de fármacos, siempre que la forma farmacéutica (FF) esté disponible y las condiciones del paciente lo permitan.
Sin embargo, en determinadas circunstancias es necesario utilizar una sonda para la nutrición y la administración de medicamentos. Esta vía es más fisiológica que la parenteral, aunque no está libre de complicaciones.
Muchas veces, para poder administrar un fármaco, la forma farmacéutica debe de ser manipulada, lo que puede afectar a sus características, a su perfil farmacocinético, al efecto farmacológico y a la aparición de efectos secundarios.
Los aspectos legales sobre la manipulación de fármacos en España no están aún perfectamente
clarificados, pero en otros países, como Estados Unidos, no se puede manipular la FF de un medicamento sin la autorización firmada de un facultativo, ya que se considera un cambio de prescripción.
Asi mismo, si no hay bibliografía que avale esta modificación, es la familia la que debe dar su consentimiento escrito debido a que se considera que no está probado para uso humano.
Otro aspecto que hemos de tener en cuenta es que la fórmula de nutrición enteral puede, además, interaccionar con el fármaco y alterar su estabilidad fisicoquímica y biodisponibilidad, disminuyendo su eficacia y/o incrementando los efectos secundarios.
Por lo tanto, no todas las formas farmacéuticas son adecuadas para ser administradas por sonda
de alimentación.
El tratamiento integral del paciente es una responsabilidad multidisciplinaria del médico prescriptor, el equipo de enfermería administrador y el farmacéutico.
Por tanto, es conveniente que todos ellos conozcan las circunstancias especiales en las que cada fármaco debe y puede ser administrado para evitar al máximo las posibles complicaciones y lograr una óptima eficacia del fármaco.
Descarga la Guía pediátrica para la administración de fármacos por sondas de alimentación realizada por Lilian Gómez López y Sergio Pinillos Pisón miembros del Hospital Sant Joan de Déu