El informe sobre el Estado mundial de la infancia 2011 sostiene que el fortalecimiento de las sociedades requiere una inversión decidida en la adolescencia, para consolidar los adelantos ya conseguidos en la etapa de la primera infancia y acelerar la lucha contra la pobreza.

Durante la presentación, el pasado viernes 24 de febrero del informe sobre el Estado mundial de la infancia 2011. La adolescencia: una época de oportunidades, la directora ejecutiva de UNICEF España, Paloma Escudero, recordó que invertir en la adolescencia puede ser una acción decisiva para romper el círculo de la pobreza.

El informe recoge importantes adelantos en materia de infancia como por ejemplo que la tasa de mortalidad en niños menores de 5 años se redujo en un 22% entre los años 2000 y 2009. Ahora hace falta, según Escudero, que estos hitos logrados en la primera infancia se consoliden en la adolescencia.

Por su parte, Marta Arias, directora de Sensibilización de UNICEF España, explicó que un 88% de los adolescentes del mundo viven en países en desarrollo y tienen que afrontar importantes dificultades, que son todavía más graves en el caso de las niñas y las mujeres.

A pesar de que las tasas de mortalidad durante la adolescencia son más bajas que en cualquier otra franja de edad, el informe advierte que en el 2004 casi un millón de menores de 18 años murieron debido a algún traumatismo. En este sentido, Marta Arias señaló que la principal causa de muerte entre los adolescentes de 10 a 19 años son los accidentes, mayoritariamente de tránsito.

En el ámbito de la salud mental, el informe advierte que un 20% de los adolescentes de todo el mundo sufren algún tipo de problema de salud mental o de comportamiento. Según Arias, estos problemas habrían aumentado en los últimos 20 años debido a las rupturas en la estructura familiar y al aumento del desempleo, entre otros.

La actual crisis económica ha generado el mayor número de jóvenes parados de todos los tiempos, con una cifra de aproximadamente 81 millones de personas en el  2009. Además, durante el 2010, una cuarta parte de los trabajadores pobres del mundo eran jóvenes de entre 15 y 24 años. A raíz de la crisis han aumentado también, en buena parte del mundo, las diferencias entre las tasas de desempleo masculino y femenino.

A pesar de todo, el Informe entiende la adolescencia como una etapa de vulnerabilidad pero también como una época llena de oportunidades y, en este sentido, reclama esfuerzos para dar a los jóvenes las herramientas necesarias para mejorar sus vidas y motivarlos a participar en iniciativas encaminadas a conseguir mejores condiciones para sus comunidades.

Consultar aquí el Informe completo.