Pecas, granitos, marcas, etc. a menudo se extienden por la piel. Durante la adolescencia, además, somos más susceptibles a sufrir acné y otros cambios epidérmicos. Los trastornos de la piel son tan frecuentes que, de hecho, las personas con una piel inmaculada son la excepción. Por eso, es importante distinguir aquellas manchas o marcas que pueden ser nocivas para la salud de aquello que sólo tiene consecuencias estéticas y que no nos tiene que obsesionar.
Manchas en la piel
En general, las manchas y pecas no se pueden eliminar, y aunque en la mayoría de los casos su efecto es sólo estético y no representan ningún riesgo para la salud, indicar los principales trastornos de pigmentación nos será de gran ayuda. Si todavía te quedan dudas es importante consultar al dermatólogo:
El vitiligi o mancha blanca: es una de las alteraciones que más preocupa a quienes quieren exhibir un bronceado impecable. Afecta aproximadamente al 1% de la población y se caracteriza por la aparición de máculas blancas en la piel que, poco a poco, se van extendiendo. En la mitad de los casos surgen antes de los veinte años y no se conoce todavía ningún tratamiento seguro y eficaz. Cuando la afección es leve, se trata con corticoides locales y también se puede intentar repigmentar la zona con cremas o tratamientos más específicos. Cuando afecta a casi todo el cuerpo, se tiene que seguir un tratamiento a base de hidroquinones.
Un mar de pecas: paralelo a la ausencia de pigmentación, surge el exceso de pigmentación que sufren muchas personas y que se visualiza con la aparición de pequeñas pecas por el cuerpo. No tienen ninguna trascendencia clínica y son inofensivas.
Nevus: es una tipología especial de peca, que suele ser benigna, y en pocos casos las hay de gigantes. Suelen hacerse grandes y más gruesas, y en caso de que superen los 20 centímetros, se tienen que tratar quirúrgicamente por el riesgo que comporta de transformación en tumores.
Marcas en la piel
A menudo la piel sufre transformaciones, y una de las más comunes es la aparición de acné, los granitos que se esparcen por la cara y el cuerpo. Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel, causada por una infección bacteriana, que suele ser molesta, pero que sobre todo incomoda estéticamente.
El acné suele ser frecuente durante la pubertad, y tiende a desaparecer con el tiempo. Con todo, hay personas que sufren este trastorno durante décadas. Para tratar el acné se recomienda hacer una exfoliación de la piel y emplear, siempre bajo la recomendación del dermatólogo, alguna crema bactericida, o bien algún tratamiento más fuerte, basado en hormonas y otros productos, en caso de que el acné sea más grave. Sin embargo, hay cicatrices difíciles de tratar porque no desaparecen después de hacerse un peeling (renovando las capas externas de la piel.