La telemedicina también facilita que los pacientes puedan contactar directamente con los profesionales. Las TIC permiten trasladar el conocimiento
médico allá donde se necesita y en el momento en que se necesita, eliminando barreras como el tiempo y la distancia. La telemedicina mejora la
accesibilidad de la ciudadanía a los servicios sanitarios. Hace que esta sea mucho más equitativa, dado que puede facilitar que cualquier ciudadano pueda
recibir una asistencia de mucha calidad, con independencia de la zona geográfica donde viva o del centro sanitario que le corresponde. De este modo, la
telemedicina abre la posibilidad que los pacientes puedan ser atendidos por centros especializados sin la necesidad de desplazarse
físicamente.
Tradicionalmente, la telemedicina se ha contemplado como una alternativa para mejorar la asistencia de las zonas con poca densidad de
población y, consiguientemente, con una menor accesibilidad a la hora de recibir un tipo de asistencia muy especializada. El cuidado de pacientes crónicos,
las intervenciones en casos de emergencia en que se requieren intervenciones urgentes -como por ejemplo los pacientes que sufren un episodio de ictus y que
pueden ser atendidos gracias al proyecto Teleictus- son otros campos en que la telemedicina se proyecta como una disciplina que puede ofrecer una mejor
asistencia, más equitativa, que incremente la eficiencia y ayude a garantizar la sostenibilidad del sistema de salud de Cataluña.
La teleasistencia,
por otro lado, es la atención remota y personalizada de las personas que viven en su domicilio, pero que requieren de algún tipo de ayuda o seguimiento que
puede ser facilitado gracias a las TIC. La teleasistencia facilita que determinados colectivos de pacientes, como por ejemplo los que sufren patologías de
tipo crónico, puedan ser atendidos y monitorizados a través de equipamientos y dispositivos móviles, sin la necesidad de desplazarse a su centro
asistencial. Esta monitorización se puede realizar en casos como el control de la presión sanguínea, los niveles de glucosa en sangre, el seguimiento de
procesos de rehabilitación llevados a cabo desde el propio hogar, etc.
Los beneficios que la telemedicina y la teleasistencia suponen para la
ciudadanía, los profesionales asistenciales y el sistema de salud son muchos: la mejora de la accesibilidad de la ciudadanía a los servicios asistenciales
especializados; la garantía de equidad en la asistencia al permitir que los ciudadanos puedan recibir la mejor atención con independencia del lugar donde
vivan; el ahorro de desplazamientos y traslados innecesarios de los pacientes; un mayor confort de los pacientes, especialmente en el caso de los enfermos
crónicos, al poder hacer el seguimiento en el propio hogar; y el apoyo a la administración sanitaria para poder llevar a cabo una mejor planificación y
reordenación de los servicios sanitarios que, garantizando la accesibilidad y la equidad en la prestación de servicios sanitarios a la ciudadanía,
contribuyan a la eficiencia y la sostenibilidad económica del sistema de salud.